Planteamos que en Cumaral y en el piedemonte llanero no existe un horizonte claro de posibilidades para que los jóvenes se realicen en proyectos de vida dignos de sus expectativas más profundas y en congruencia con las potencialidades del territorio. El modelo que nos rige pero que sustentamos entre todos, convierte la vida en algo irrisorio y a la cotidianidad en tedio. Desencantados del mundo, el sistema nos usa y nos abusa para explotar la tierra.
Se hace entonces imprescindible crear espacios para que estos jóvenes proyecten sus facultades de la mejor manera como líderes de la comunidad,